El lunes conocí a Emi 👧🧒 - Paula Bombara - Actividades para Esi (Nivel Inicial y Primer Ciclo)

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 “El día que conocí a Emi” es un disparador que permite generar conversaciones, preguntas y reflexiones en torno a qué es ser niña o niño, los roles y estereotipos de género que comienzan desde la infancia, y la igualdad que debe existir entre hombres y mujeres para disfrutar plenamente de sus derechos.

Video del cuento: https://youtu.be/ILHGLVVgodI



● Actividades:


- Después de leer el cuento en familia se puede conversar a partir de preguntas como: 


• ¿En qué se parecen Emilia y Emiliano?, ¿Cuáles son las cosas que pueden hacer juntos? ¿Y las que no? ¿Pueden ser amigos aunque no compartan las mismas cosas? 

• En el cuento no dice a quién de los dos le gusta el fútbol y a quién le gusta nadar. ¿Cómo podemos saber a quién le gusta cada deporte? ¿Vos qué pensás? 

• ¿Pensás que hay cosas de nenas y cosas de varones? ¿Quién hace la comida en casa? ¿Quién cuida a los hijos y las hijas? ¿Por qué? 

• ¿Alguna vez alguien te burló o te dijo algo por hacer alguna cosa que te gustaba mucho? 

• ¿Creés que hay cosas que no podés hacer por ser mujer y/o varón? ¿Cualés? ¿Por qué pensás que algunas personas creen que hay cosas que los varones o las mujeres no pueden hacer? 


Además de estas preguntas se puede conversar con las niñas y los niños acerca de, por ejemplo, personajes de series de televisión, qué hacen o no hacen los varones y las nenas en las publicidades, sus propios juegos o juguetes y los de sus amigas y amigos. Es decir, abrir la reflexión a cuestiones que suelen estar naturalizadas y que, en realidad, corresponden a estereotipos de género. 

Las niñas y los niños aprenden de lo que ven en su entorno, acompañemos la reflexiones con cambios en las actividades de la vida diaria. Algunas sugerencias, podrían ser que la figura paterna se encargue de las tareas domésticas (lavar, barrer, servir la merienda) o del cuidado (bañar a las chicas y chicos). También se pueden fomentar juegos sin estereotipos de género. ¡Todas estas acciones tendrán resultados positivos y te ayudarán con la crianza de las chicas y chicos!


Fundamentación:

- Escuchar, dialogar, cuidar. 

Acompañar el desarrollo de las niñas y los niños implica crear espacios de diálogo, confianza y aprendizaje para una crianza sin distinciones desde la infancia de manera que tanto mujeres como hombres tengan las mismas posibilidades, oportunidades y derechos. 

Una de las formas de reflexionar con las niñas y los niños para fomentar la equidad de género puede ser a partir de cuentos e historias. A través de la ficción, las chicas y los chicos pueden pensar sobre sus gustos, sus actividades, sus deseos y expectativas. 

El cuento “El día que conocí a Emi” se propone como una herramienta para abrir el diálogo en familia, en el cual, a partir de un momento de lectura compartida se generen preguntas y reflexiones en torno a los roles de género y la equidad. 


- ¿De qué hablamos cuando hablamos de equidad de género? 

La igualdad de género significa que las mujeres, los hombres, las niñas y los niños, tienen los mismos derechos y oportunidades. Esto no quiere decir que todos y todas tengan las mismas necesidades o que deban ser tratados exactamente igual. De hecho, la igualdad de género no se puede alcanzar, en su totalidad, proporcionando a todos y todas los mismos servicios y oportunidades. Por eso, hablamos de equidad, es decir, dar a cada uno —hombres y mujeres, niñas y niños— lo que necesita, considerando sus particularidades, de manera que se garantice la igualdad en el ejercicio de sus derechos.


- La equidad de género como un derecho. 

Para lograr la equidad de género es necesario resolver las desigualdades que existen entre hombres y mujeres, muchas de las cuales vienen desde larga data, y generar las condiciones para que las mujeres (niñas y adultas) se beneficien y participen de igual manera que los hombres en todos los ámbitos de la vida: la escuela, el trabajo, el deporte, los espacios públicos. 

En este sentido hay muchas acciones que corresponden al Estado como, por ejemplo, ampliar las licencias por paternidad o garantizar el acceso a espacios de cuidado para la primera infancia (salas maternales) de manera que las mujeres tengan igual acceso al mundo del trabajo y se posibilite su desarrollo pleno. 

Pero además de las políticas públicas, que son sumamente necesarias, las personas adultas podemos generar un cambio cultural en cuestiones como, por ejemplo, una distribución igualitaria de las tareas domésticas entre hombres y mujeres, el involucramiento activo de los padres en el cuidado de las hijas e hijos y evitar reforzar los roles típicamente asociados al género que perpetúan las desigualdades. 


- ¿Qué son los roles de género? 

Cuando hablamos de roles de género, nos referimos a las conductas, prácticas y hábitos que se relacionan con lo “femenino” y lo “masculino” establecidas a través del tiempo por la sociedad. 

Estos roles moldean los comportamientos y las expectativas de varones y mujeres en los diferentes ámbitos (la familia, el trabajo). Y empiezan en la primera infancia, donde están presentes en los juegos, el deporte, los juguetes, los cuentos y actividades cotidianas. 


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